Porque la ternura también se hereda, incluso con cuatro patas y mucho pelo.
Las familias cambiaron. Ya no se definen por apellidos largos ni domingos de misa con pastel. Hoy hay hogares con hijas, hijos… y lomitos, michis, periquitos o tortugas que también forman parte del núcleo emocional. Y en ese universo afectivo que tanto nos conmueve a nosotras, las mujeres evolucionadas, la figura del papá también se ha transformado.
Ya no hablamos solo de quienes cargan pañales, sino de quienes comparten croquetas, visitas al veterinario y hasta rituales de despedida con lágrimas en los ojos. Hombres que se convierten en pilares emocionales cuando la familia pierde a su perrhijo. Padres que entienden que el amor no se mide en palabras, sino en cuidado cotidiano.
🧍♂️ Amor suave, presencia firme
Adrián Rodríguez-Granada Madrid, director de Pets in the Sky, funeraria especializada en mascotas, lo ve a diario:
“Los papás están asumiendo un rol afectivo, activo y empático en el cuidado de sus animales. Y eso también es paternidad.”
Y claro que lo es. Porque cuando una mascota se va, muchos padres se convierten en el corazón fuerte de la casa. Abrazan, explican, sostienen. No porque no les duela, sino porque saben que criar —humana o no humanamente— también implica acompañar en la pérdida.
💬 Paternidad multiespecie: los nuevos gestos de amor
Rodríguez-Granada recuerda a su amigo de la infancia que, con el corazón roto, supo ser padre en el más amplio sentido:
“Lo vi explicar con calma lo que pasaba, consolar a su hija, cargar a su mascota en brazos hasta el final. Fue entonces cuando entendí que la paternidad también se expresa en esos gestos de cuidado silencioso.”
Y sí, esos gestos nos llegan. Nos tocan. Porque en este nuevo mapa de afectos, los vínculos no se definen por especies, sino por presencia y ternura.
Entonces, ¿por qué no celebrar también a esos padres?
A los solteros con un gato enfermo.
A los adoptivos que rescataron a un perrito atropellado.
A los padrastros que hacen hueco en el presupuesto para la arena del hámster.
Porque ser papá hoy es construir un hogar donde el amor se reparte entre risas, ladridos, maullidos y despedidas.
Y eso también es valiente. También es hermoso.