Las diferentes tribus habitan en el mundo frecuentemente escondidas entre lo más profundo de los bosques, los desiertos o las selvas donde intentan conservar su cultura, costumbres o significado de pertinencia que las caracterizan.
Ya sea en África, América o Asia, pasan las décadas estos grupos étnicos mantienen sus orígenes. Un ejemplo son los Khasi, el pequeño rincón feminista de India donde la mujer domina la organización.
El origen de esta tribu bebe de dos teorías diferentes: una de ellas, desarrolla la idea de que, en la antigüedad, las mujeres Kcontaban con tantos compañeros que era difícil adivinar la identidad del padre de sus hijos. Otra en cambio, defiende que los antiguos dirigentes masculinos de la tribu pasaban tanto tiempo combatiendo lejos de casa que la influencia femenina durante su ausencia se extendió hasta hoy día.
La mayoría de las tribus se caracterizan por tener un líder, rey o gobernador masculino, y cuando este muere, renuncia o es expulsado por cualquier razón, el mando pasa a otro hombre. En el caso de los Khasi es de las pocas sociedades matriarcales que podemos hallar en el planeta.
El pueblo o tribu Khasi es una minoría étnica indígena del estado de Meghalaya, un territorio que separa e valle de Assam de las llanuras de Bangladesh al noreste de la India. En la región, los Kashi conviven con otras dos tribus, los Garo y los Jaintia.
Su cultura se caracteriza por estar relacionada tanto con el hinduismo indio como la cultura china, y siguen un sistema matrilineal exógamo, pues tanto la línea de sucesión como la herencia de la propiedad pasa de la mujer a la hija menor. Será esta quien herede el patrimonio, así como cuidar de sus padres y hermanos, y en caso de tener familia, también vivirán con ella y continuarán la tradición. No obstante, los puestos y la administración de la propiedad están en manos de hombres. Eso sí, identificados y elegidos por mujeres.
Esta tribu subsiste gracias a la agricultura y los principales cultivos de arroz, naranjas, verduras, nuez de areca u hoja de betel. Por otro lado, muestran un gran respecto por sus antepasados, y creen que aquellos que fallecen se rencarnan dentro del clan. También tienen un gran respecto por la naturaleza y los ríos, para ellos, son sagrados.