Poder votar es un emocionante acontecimiento que quedará grabado en los anales de la historia, las mujeres han logrado alcanzar un hito trascendental al ejercer su derecho al voto. Este logro representa una victoria significativa en la lucha por la igualdad de género y marca el comienzo de una nueva era en la participación cívica.
Este paso crucial hacia la igualdad se ha materializado gracias a décadas de activismo, movimientos feministas y la incansable lucha de mujeres en todo el mundo. La consecución del derecho al voto no solo simboliza una conquista política, sino que también refleja el reconocimiento de la voz y la influencia de la mitad de la población que durante mucho tiempo estuvo excluida de este proceso fundamental.
El voto es un derecho que se da por sentado hoy en día en muchas partes del mundo. Sin embargo, hace años las mujeres no podían votar en muchos países.
El voto femenino fue permitido por primera vez para todas las mujeres en Nueva Zelanda en 1893. Australia, Finlandia, Noruega y Dinamarca lo aprobaron entre 1902 y 1915. Reino Unido lo hizo en 1918, aunque solo para mujeres de más de 30 años y que cumplieran (ellas o su marido) ciertos requisitos de propiedad.
El primer país donde pudieron votar las mujeres en la región fue Uruguay, el 3 de julio de 1927, en un plebiscito local en la comunidad de Cerro Chato, en el centro del país.
Pero fue Ecuador, en 1929, el primer país latinoamericano en consagrar en la ley el voto femenino, aunque solo para las mujeres alfabetizadas mayores de 21 años.
La relajación de las normas morales sobre el aspecto de la mujer en el mundo occidental no comenzó hasta los años 1920 y 1930 en grandes ciudades como Nueva York o París» Isabel Morant, autora de «Historia de las mujeres en España y América Latina»
