¿Por qué envejecemos tan rápido? La respuesta está en los dinosaurios

Envejecimiento y dinosaurios

Claro que envejecemos, eso lo sabemos de cierto. También, sabemos que el proceso de envejecimiento no es particularmente amable y que muchas veces implica la degeneración paulatina de las funciones básicas, llevándonos en muchos casos a dificultades para realizar las tareas mínimas.

De hecho, la forma en que envejecemos es una de las más perjudiciales que se conoce en el mundo, algo que intriga a científicos desde hace mucho tiempo. Después de todo, la pérdida de capacidades reproductivas, de funciones básicas como comer e ir al baño e incluso el funcionamiento de estructuras más complejas como el sistema nervioso o circulatorio y las capacidades cognitivas se pueden ver afectados por el paso del tiempo en una persona.

Y aunque comprender las razones y formas en que funciona el envejecimiento humano ha sido materia de estudio por mucho tiempo, las explicaciones siguen sin ser del todo satisfactorias. Ahora, en la búsqueda de respuestas se ha presentado una nueva hipótesis llamada “cuello de botella de la longevidad”, propuesta por el profesor Joao Pedro de Magalhaes de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido.

De acuerdo con esta hipótesis, los millones de años de dominación de los dinosaurios en el planeta Tierra podrían haber determinado la forma en que el humano envejece.

En un artículo publicado por BioEssays, el profesor Joao Pedro de Magalhaes comparte que, mientras los mamíferos, incluyendo a los humanos, muestran un proceso de envejecimiento marcado y degenerativo, otros reptiles y anfibios exhiben características de un envejecimiento lento e incluso poco notorio.

Ante esta marcada disparidad, surge la pregunta, ¿por qué no existen mamíferos que envejezcan de manera muy lenta?

Aquí es donde comienza la participación de los dinosaurios. Y es que, dado que durante millones de años fueron los dinosaurios quienes estaban en el liderazgo de la depredación y dominio, los mamíferos tenían un lugar pequeño en comparación. Por lo mismo, en la historia de los mamíferos, estos se distinguían por vivir pocos años, por ser pequeños y mayormente nocturnos.

La hipótesis del profesor sugiere que esta prolongada presión condujo a la pérdida o inactivación de genes asociados con una vida larga en los primeros mamíferos, que, con la evolución, llegó a convertirse en una cualidad de los humanos también. En sus palabras

“Aunque los mamíferos, incluyendo los humanos, pueden desarrollar una vida útil prolongada, estas capacidades están limitadas por factores que se remontan a la era de los dinosaurios”.

Esto quiere decir que, por sobrevivir al poderío de los dinosaurios, los mamíferos desarrollaron una capacidad de reproducción veloz y periodos de vida menos prolongados.

Ahora, quedaría pendiente estudiar si los mamíferos perdieron o desactivaron otros sistemas de reparación, defensa o regeneración como parte del mismo proceso, lo cual podría explicar incluso la manera en que reaccionamos ante la presencia de determinadas enfermedades, como el cáncer.

Después de todo, aunque actualmente muchos mamíferos viven por un periodo largo de tiempo, los humanos y otras especies tienen varias limitaciones en este sentido desde la era Mesozoica, y envejecen más rápido que muchos reptiles.

Además, queda pendiente comprender por qué, incluso dentro de este tiempo de vida más corto, los seres humanos tienden a experimentar una degeneración de sus capacidades motrices, cognitivas y funcionamientos en general tan radicales con el paso de los años, para comprender cómo esto se adapta también a los procesos evolutivos del humano. Después de todo, casi todo lo que nos distingue tiene que ver con alguna forma de supervivencia del pasado de nuestra especie.

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